La #contaminación atmosférica en megaciudades globales vinculada al deterioro cognitivo de los niños, el Alzheimer y la muerte.
Texto traducido al español por: Christopher A. Reyes.
En megaciudades de todo el mundo, incluyendo la ciudad de México, Yakarta, Nueva Delhi, Beijing, Los Angeles, París y Londres, los seres humanos están contaminando el aire a un ritmo que la Tierra ya no puede sostener.
La mayor parte de la contaminación del aire hecha por el ser humano es como el polvo, tan pequeño como el diámetro del cabello (materia particulada) o incluso más pequeño (materia de partículas ultrafinas). El vínculo con afecciones respiratorias como neumonía, bronquitis y asma es bien conocido. Casi un millón de niños mueren cada año de neumonía, de los cuales la mitad están directamente relacionados con la contaminación del aire.

Al ser tan pequeñas, las partículas también pueden viajar desde nuestros pulmones a la sangre y circular en el cerebro. Una vez allí, pueden suscitar la inflamación del cerebro, que contribuye a la pérdida celular dentro del sistema nervioso central, con probabilidad de neurodegeneración, déficits cognitivos y mayor riesgo de demencias, como la enfermedad de Alzheimer.
Mientras que la neurogeneración leve es un aspecto natural del envejecimiento, puede empeorar y adelantarse por la neuroinflamación por la grave contaminación del aire. Aún peor, la contaminación severa del aire puede acelerar la neurodegeneración cuando el cerebro está en el pico de su desarrollo, durante la infancia.Así es: millones de niños en todo el mundo respiran aire que puede ponerlos en riesgo de deterioro cognitivo prematuro y trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer.
Esta es la historia de cómo seguimos envenenando el cerebro de nuestros hijos y cortamos sus vidas.
Muertes inexplicables de niños
A finales de la década de 1990, la neuropatóloga y pediatra Lilian Calderón Garcidueñas, informó de una conexión entre los primeros signos de neurodegeneración y la contaminación del aire examinando los tejidos cerebrales en adultos, niños y perros después de muertes “accidentales” repentinas e inexplicables.
Esos cerebros sólo tenían una cosa en común: eran residentes de la Ciudad de México, una de las megaciudades más contaminadas del mundo.
Estudios posteriores mostraron lo que se convirtió en un cuadro sombrío frecuente en los informes científicos. Las imágenes microscópicas de cortes cerebrales insanos de animales enfermos y de seres humanos, mostraron materia particulada y partículas ultrafinas como pequeñas manchas oscuras rodeadas de tejido inflamado.

Alrededor de las manchas inflamadas a veces se pueden ver tiras que asemejan cicatrices, pero otras veces se pueden ver tallos rosados. Estas son las placas amiloideas que se encuentran con frecuencia después de la muerte en el cerebro de las personas con enfermedad de Alzheimer.
Me uní al equipo de Lilian como experta en neurociencia del desarrollo cognitivo y neuroimagen. Buscamos signos de deterioro cognitivo prematuro en los residentes vivos, utilizando pruebas de comportamiento y tomando varios tipos de imágenes de las regiones cerebrales objetivo
Disminución cognitiva sustancial en el cerebro de los niños.

Encontramos que los niños de la Ciudad de México tenían un deterioro cognitivo sustancial en comparación con las normas de población, y en comparación con otros niños de edad similar, sexo y familia y entornos que vivían en zonas menos contaminadas.
Pudimos identificar déficits cognitivos inusuales en áreas clave para e desarrollo del cerebro: los lóbulos prefrontal, temporal y parietal de la corteza.
También se encontró cognición atípica en el tronco cerebral auditivo, posiblemente relacionado con los déficits de desarrollo del habla y del lenguaje. Las neuroimágenes en niños fueron consistentes con el daño más grave en la materia blanca, las partes del cerebro que proporcionan las conexiones para la comunicación eléctrica. En muchos casos pudimos demostrar que, en esos niños de la Ciudad de México, la neuroinflamación era mucho peor de lo normal.
Hoy en día, los informes de hallazgos similares de otras megaciudades y de otros investigadores muestran un acuerdo considerable: el cerebro de millones de niños está siendo dañado por la contaminación del aire y protegerlos debe ser de gran importancia para el público salud.
La crisis de salud pública requiere una acción inmediata.
La buena noticia: Todavía es posible despejar el aire de las ciudades, tanto en interiores como al aire libre, y minimizar la exposición de los niños.
Sin embargo, nuestras actitudes deben pasar ahora de la cautela y la espera a la acción inmediata. Tenemos que comprometernos con decisiones difíciles que puedan ir en contra de la comodidad y la facilidad de la vida moderna a la que estamos acostumbrados. Por ejemplo, confiar en los coches y otras tecnologías basadas en la combustión.
Para que las cosas cambien, la responsabilidad recae en el “yo” y “tú” individual, así como en nuestra sociedad colectiva e instituciones. Nunca lo lograremos si un lado de esta ecuación continúa delegando la responsabilidad al otro.

La enfermedad de Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas más horribles (demencias) están relacionadas con todos los niveles de contaminación del aire, en personas de todas las edades. Estas enfermedades se encuentran entre las 10 principales causas de muerte en masa a nivel mundial y todavía no hay cura para ellas.
La ciencia está trabajando. Los niños están protestando a nivel mundial para defender sus derechos a una vida saludable en el escenario mundial. Debemos responder con cambios concretos en nuestros hábitos.
Referencias:
Amedeo D’Angiulli (2019). Air pollution in global megacities linked to children’s cognitive decline, Alzheimer’s and death. (Christopher Reyes, Trad.) 10/10/2019, de The Conversation. Sitio web: https://phys.org/news/2019-09-air-pollution-global-megacities-linked.htm