Las ruedas del futuro
Por Giovanna Díaz
El sistema de uso compartido de bicicletas consiste en la renta de una bicicleta en un módulo que puede ser devuelta a otro módulo en otra parte de la ciudad cuando se deje de usar. Su atractivo reside en que las personas pueden usar las bicicletas conforme las necesiten sin la responsabilidad que viene con poseer una.
Su impacto más grande es en el ambiente, ya que su uso disminuiría el uso de automóviles, los cuales emiten CO2 y otros gases contaminantes. En la Unión Europea, por ejemplo, el transporte es la fuente más grande de emisiones de CO2, contribuyendo un 27% de total de acuerdo con la Agencia Europea del Medio Ambiente. Mientras que, en Estados Unidos, constituye alrededor de un tercio a la contaminación del aire. Lo más preocupante es que este sector es el único cuyas emisiones han aumentado desde 1990. Además de esto, debido a que las personas siempre están cerca de los coches, los gases dañinos que éstos emiten afectan a su salud al estar constantemente inhalándolos.
Actualmente hay alrededor de 375 sistemas de uso compartido de bicicletas en 33 países y cuentan con un gran total de 236,000 bicicletas cuando hace diez años sólo se contaba con 4,000. El uso compartido de bicicletas claramente ha cobrado popularidad en los últimos diez años, a pesar de que fue introducido por primera vez en 1965 en Ámsterdam. En ese entonces, su falta de fama se debía a que las bicicletas se prestaban sin ningún requisito, lo cual llevaba a un elevado número de robos de éstas o a su maltrato. Esto cambió cuando en los 90s, Dinamarca introdujo membresías y cuotas anuales para poder hacer uso de las bicicletas, además de usar bicicletas elaboradas con materiales no estándar para reducir los robos e implementar cerraduras que funcionaban con monedas. En 1998 en Rennes, Francia, se introdujo el uso de las tarjetas electrónicas, el cual todavía es usado. Hoy en día, la evolución de este sistema incluye el uso de mejores bicicletas, módulos sofisticados, GPS e Identificación de Radio Frecuencia (RFID) para traquear las bicicletas, además de páginas web para informar a los usuarios de la disponibilidad de éstas.
Algunos de los países que usan este sistema son Francia, Holanda, Inglaterra, Dinamarca, República Checa, Mónaco, Suiza, Australia, Canadá, Japón, Chile, India, Irán, México, entre otros. En la Ciudad de México, existe ECOBICI, el cual es el sistema de bicicletas públicas de la ciudad dirigido tanto a sus habitantes como a los turistas. ECOBICI funciona mediante cicloestaciones en las que puedes rentar tu bicicleta por 45 minutos y para esto debes pagar una suscripción de un día, tres días, una semana o un año. En sus inicios en el 2010, contaba con 84 cicloestaciones y 1200 bicicletas, pero actualmente cuenta con 480 cicloestaciones y más de 6,800 bicicletas, de las cuales 28 estaciones y 340 bicicletas son de bicicletas eléctricas de pedaleo asistido. Cuenta con más de 170, 000 usuarios registrados y en el 2012, ganó el primer lugar en el concurso de Movilidad Amable del Centro de Transporte Sustentable EMBARQ, contribuyendo al movimiento de bicicletas que busca proveer una solución a la excesiva emisión de CO2 al ambiente.